La pérdida auditiva, también conocida como hipoacusia, se produce cuando hay una disfunción en una o varias partes del oído. Puede afectar a personas de cualquier edad, aunque su incidencia aumenta con la edad o la exposición prolongada a ruidos elevados.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor del 8% de la población mundial sufre algún grado de pérdida auditiva, cifra que aumenta a más del 40 % en personas mayores de 60 años y a más del 90 % a partir de los 80.
La detección temprana es clave: en el 90% de los casos existen soluciones eficaces, como audífonos o implantes, que mejoran significativamente la comunicación y la calidad de vida.